Todavía no suena la caja registradora del país y ya empezaron los pleitos, presiones, discusiones y opiniones sobre lo que vamos a hacer con el nuevo tesoro que tenemos enfrente debido al aumento en los precios del petróleo, que ha llevado la mezcla mexicana de exportación a niveles de 99 dólares por barril.
Habrá que señalar antes de ir adelante, que cuando los precios del petróleo aumentan nos va muy bien con el petróleo que exportamos, pero en la otra cara de la moneda nos va muy mal, debido a que México importa el 45% de la gasolina que consume, además de una enorme cantidad de derivados petrolíferos cuyo precio se va para arriba siguiendo al del petróleo.
México está exportando en este momento 1 millón 444 mil barriles diarios de petróleo, por lo que cada dólar que sube el crudo representa ingresos adicionales por un millón 444 mil dólares, o sea, 18.1 millones de pesos.
Para este año, la Cámara de Diputados aprobó un precio del petróleo de 65.40 dólares por barril. Los precios a que se está exportando el energético son mayores a los de este “precio oficial”, lo cual representa ingresos adicionales a los estimados.
Esos ingresos excedentes se manejan en el llamado Fondo de Estabilización de Ingresos Petroleros, cuyas reglas dicen que de los ingresos excedentes netos, el 50% se reparte entre los gobiernos de los estados para proyectos de infraestructura y el otro 50% se queda en Pemex, para la infraestructura de la paraestatal.
Lo que hemos visto siempre es que los ingresos excedentes del crudo no han transformado la realidad del país ni la de los estados, lo cual lleva a concluir que la mayor parte de dichos recursos se desperdicia en los proyectos personales de los gobernadores.
No hay ningún estado de la República que pueda decir que su realidad se transformó debido a las participaciones de los ingresos excedentes del petróleo; lo que sí hemos visto es crecer las nóminas de los gobiernos estatales y aumentar su falta de transparencia y rendición de cuentas.
¿Cómo se puede explicar que a pesar del aumento explosivo de las participaciones, donde se incluyen los excedentes petroleros, haya estados cuya deuda aumentó 500% y hasta 700% en los últimos cinco años?
Si la mitad de los ingresos excedentes del petróleo se va a los estados, son las entidades las que deben informar en detalle cuánto recibieron y qué proyectos de infraestructura impulsaron con esos dineros.
El Gobierno Federal, por su parte, debe informar a cuánto ascendieron los ingresos excedentes y cómo se repartieron, estado por estado.
A estas alturas del partido no hay duda que mucho de la riqueza petrolera la hemos tirado a la basura pagando burocracias improductivas, enriqueciendo gobernadores y financiando sueños de opio y la verdad no hay muchas esperanzas de que ahora vaya a ser diferente.
La falta de transparencia y de rendición de cuentas en cómo gastan los estados, sigue dominando el panorama.
Hasta el próximo lunes con nuevas…
PERSPECTIVAS.