lunes, 17 de enero de 2011

Las mentiras sobre la carestía

Los demagogos que siempre son tan abundantes en México traen ahora una nueva bandera: la carestía que, dicen, está destruyendo la economía familiar.
Aseguran que las alzas de precios se están comiendo el bienestar de las familias, produciendo hambruna, empobreciendo seriamente a la población en general.

¿Cuál es la verdad?

En efecto, los precios de algunos productos ha subido con el nacimiento del año, como el limón, la guayaba, el chayote, la gasolina, por ejemplo; los de otros han bajado, como el chile serrano, la papaya, el jitomate, la naranja.

Los más recientes datos duros, los números, nos dicen que en el último año, de diciembre de 2009 al mismo mes de 2010, los precios en México subieron 4.4% en general y casi 8% cuando se trata de la canasta básica; los pronósticos de fuentes públicas y privadas para este año dicen que los precios subirán alrededor de 4% y probablemente lo doble, 8%, en el caso de la canasta básica.

Por donde quiera que sea vea, esto no es una carestía; esto no es un fenómeno que destruya la economía familiar; sí la afecta, pero no la destruye.
Carestías fueron, por ejemplo, las inflaciones de 134% en el sexenio de Luis Echeverría o el 459% de inflación en los seis años de José López Portillo o la de 3,710% de inflación en los seis años de Miguel de la Madrid o el 123% con Carlos Salinas de Gortari.

Esas carestías sí dañaron a la economía de las familias y hundieron en la pobreza a millones de mexicanos.

Algunos de los demagogos que aplaudieron a rabiar las devaluaciones de Echeverría y las nacionalizaciones de López Portillo son los mismos, con canas y arrugas, que hoy dicen estar aterrorizados porque la canasta básica sube 8% anual y que organizan una marcha para protestar contra “los brutales aumentos de precios”.
Es verdad que hay incrementos, es verdad que la canasta básica sube lo doble que la inflación general; es verdad que existe el temor en todo el mundo de que los precios de los alimentos registren incrementos importantes en los siguientes años.

Pero no hay que desconocer que México está cumpliendo este 2011 el periodo de mayor estabilidad de precios de la época moderna; desde aquel 1996 en que se logró apaciguar las presiones de precios derivadas de la crisis de 1994, hasta la fecha.

Es el periodo más largo en que la inflación ha sido menor a dos dígitos. Calificar de carestía a crecimientos de precios del 4 o el 8% es demagogia pura, mentira, ganas de engañar y alarmar con fenómenos que de ninguna manera están fuera de control.
México necesita seguir haciendo esfuerzos para mantener la estabilidad; de ahí la importancia de que las finanzas públicas estén equilibradas, que las reservas internacionales crezcan, que el Banco de México sea autónomo y que se insista tanto en la necesidad de aumentar la competencia en la economía mexicana.

Los pronósticos que existen en materia de precios para México indican que si los gobiernos, del signo que sea, no hacen barbaridades como las que se hicieron en el pasado, la inflación en México se mantendrá alrededor del 4% en los siguientes cinco años. Y eso, no es carestía.

Hasta el próximo lunes con nuevas...

PERSPECTIVAS.



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