En las últimas semanas, la mayoría de los gobernadores y muchos presidentes municipales han visitado la Cámara de Diputados.
Se han entrevistado con la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública y con muchas de las comisiones ordinarias, la de Transporte, la de Comunicaciones, la de Cultura, la de Medio Ambiente, etc.
En todos los casos, el propósito es el mismo: pedir que los diputados les asignen presupuesto para sus proyectos de desarrollo: carreteros, hidráulicos, hospitalarios, educativos, etc.
Hay de todo, desde presentaciones serias y técnicamente impecables, hasta verdaderos circos con saltimbanquis y encueratrices como el que este año presentó Ney Blanco, el gobernador de Nayarit.
Algunas estimaciones dicen que los gobernadores han pedido algo así como 500 mil millones de pesos para apoyar sus proyectos; hay que recordar que el presupuesto total es de 3.4 billones de pesos, de los cuales 419 mil 300 millones de pesos se gastarán en las entidades federativas.
Las presentaciones de gobernadores y presidentes municipales sin duda son útiles para que los legisladores se enteren de las necesidades particulares que existen en cada una de las regiones del país.
Pero también, el desfile de gobernadores y alcaldes es una muestra de lo más perverso de nuestro federalismo fiscal y la mejor demostración de que los gobiernos estatales, todos, son Gobiernos Adolescentes: piden dinero sin medida, no rinden cuentas a nadie de cómo lo gastan, no producen ingresos propios y se endeudan sin medida.
Ni más ni menos que como un adolescente.
No hubo un solo gobernador o presidente municipal que junto con sus peticiones de recursos, trajera promesas para rendir cuentas, para transparentar sus finanzas; tampoco, ninguno trajo promesas de aumentar sus fuentes de ingresos propios o para cobrar el predial, en el caso de los alcaldes; desde luego, ninguno informó sobre el endeudamiento en sus estados o hizo promesas para no endeudarse más.
Lo poco que sabemos de las finanzas estatales es que 93 centavos de cada peso de sus ingresos provienen de la Federación ; que los municipios cobran en promedio el equivalente al 0.2% del PIB vía predial; que la deuda ha crecido en forma explosiva y que en cuando menos 20 casos sus sistemas de pensiones están colapsados o se colapsarán en un futuro inmediato.
Para 2012 los estados tendrán que cumplir con la homologación contable de sus finanzas y las apuestas son de que eso no pasará porque nadie conoce avance alguno.
Es decir, el país va por un mal camino en materia financiera debido a que las finanzas estatales están de alguna manera fuera de control: no se sabe cómo se gasta, las deudas crecen, los compromisos pensionarios aumentan y no se ve ninguna voluntad por recaudar.
Hoy por hoy, estos Gobiernos Adolescentes viven encantados de un federalismo en el que su principal papel es pedir dinero, es gastar, pero no ayudar al esfuerzo de los ingresos, ni rendir cuentas del dinero que se les da.
Y ese camino, ese precisamente, fue el que condujo a la más frecuente crisis económica argentina.
Y para allá vamos.
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