En el periodo de sesiones de la Cámara de Diputados que terminó el 15 de diciembre, se aprobaron, entre otras, la Ley Antisecuestro , reformas constitucionales en materia de derechos humanos, Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad, Declaratoria de las Zonas de Atención Prioritaria, Reformas a la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, Ley General para la Protección de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes; obligatoriedad de la educación media superior; vales de medicina en el IMSS, el nuevo esquema para el apoyo de zonas de desastre, la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos para 2011 y al final, el nuevo reglamento de la propia Cámara, entre otras.
Todas, insistimos, reformas y legislaciones importantes; pero también, hay que reconocer, dentro de ellas no existieron los cambios legislativos que la sociedad mexicana está demandando. Es claro lo que los mexicanos deseamos: un país más seguro, un país con mayores oportunidades de empleo y de progreso; un país con más empleos y mejor pagados; un país donde el futuro se vea mejor que el presente. Y eso no se aprobó en la Cámara de Diputados.
Se quedó sobre la mesa la reforma laboral que el país necesita para abrir más oportunidades de empleo a jóvenes y mujeres; para estimular la productividad y la competitividad; para agilizar la justicia laboral y para transparentar y democratizar los sindicatos. Esta iniciativa no se aprobó porque según el coordinador del PRI en la Cámara de Diputados, “la iniciativa no tenía la suficiente calidad”. Nunca se puso siquiera para discusión una nueva reforma tributaria que la sociedad está demandando, para que sea más fácil pagar los impuestos, para que quienes no pagan lo hagan y para que el gobierno tenga más ingresos y no dependa tanto del ingreso petrolero.
Esta iniciativa ni siquiera se hizo. A principios de este año se estableció un grupo integrado por los siete vicecoordinadores parlamentarios, más los presidentes de las comisiones de Hacienda y Presupuesto y Cuenta Pública. Pero esta comisión se reunió una o dos veces y nunca jamás trabajo en una iniciativa de reforma hacendaria.
La iniciativa sobre Seguridad Pública sigue en discusión y las de reforma política viven el sueño de los justos. Es decir, la Cámara de Diputados está aprobando lo secundario y no se atreve a meterse en lo trascendente. Más aún, la nueva Ley de Competencia Económica, conocida popularmente como Ley Antimonopolios, y que se había aprobado en abril en la Cámara de Diputados, fue destruida en la de senadores.
La realidad es que no se puede decir que el trabajo legislativo de este último periodo de sesiones sea satisfactorio, por el sencillo hecho de que no se aprobaron las iniciativas que hagan de México un país más seguro y con más oportunidades. Queda solo abierta una ventana de oportunidad, en periodo de sesiones de febrero a abril. Lo que no pase ahí, no pasará ya en esta legislatura, porque aunque no se quiera, los trabajos de los diputados se contaminan con las elecciones que a partir del año que entra y hasta 2012, impedirá cualquier transformación importante.
Hasta el próximo lunes con nuevas…
PERSPECTIVAS
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